Según confirmó la Fiscalía, las madres de ambos menores estaban en el departamento al momento del accidente. La caída no se produjo desde un balcón, sino desde una ventana lateral, lo que vuelve a poner en el centro del debate la responsabilidad adulta y las condiciones mínimas de seguridad en viviendas familiares.
Emergencia que pudo evitarse
Vecinos alertaron a los equipos de emergencia, y personal del SAMU junto a Bomberos acudieron rápidamente al lugar. Los menores cayeron hacia el frontis del edificio, impactando sobre arbustos que atenuaron parcialmente el golpe.
El director del hospital, Claudio Baeza, confirmó que los niños “están extremadamente graves” y reciben atención especializada.
¿Dónde están las responsabilidades?
Este trágico hecho no puede explicarse solo como un accidente. La caída de dos niños desde un piso 13 evidencia una falla grave en la supervisión y seguridad dentro del hogar. Es inaceptable que, en pleno 2025, en viviendas donde habitan menores de edad, no existan protecciones básicas en ventanas ni una atención adecuada de sus cuidadores.
La policía ya inició una investigación para esclarecer lo ocurrido, pero el país debe asumir una discusión más profunda: ¿cuántos niños más deben estar en riesgo por negligencia adulta o falta de fiscalización?
Basta de relativizar la responsabilidad parental
No es primera vez que una tragedia como esta sacude a la opinión pública. Lo que falta no son más leyes, sino voluntad para aplicar con rigor las que ya existen, exigir condiciones seguras en departamentos y, sobre todo, reinstalar la responsabilidad parental como pilar básico en la crianza.
Los niños no se cuidan solos. Y cuando el Estado y los adultos fallan, las consecuencias son brutales.
