En medio de un intenso intercambio de declaraciones, la candidata presidencial de la UDI y Renovación Nacional, Evelyn Matthei, arremetió duramente contra el Presidente, Gabriel Boric, tras sus declaraciones sobre el crecimiento económico del país. Matthei cuestionó con firmeza los datos presentados por el mandatario, asegurando que “nada me haría más feliz que a Chile le fuera bien, pero no es así”, y desafiando la narrativa oficial sobre la recuperación económica.
El conflicto se desató después de que Boric celebrará públicamente el crecimiento del Imacec de diciembre, que alcanzó un 6,6%, y se proyectará una expansión anual del PIB del 2,5%. El Presidente utilizó su plataforma “X” para defender las metas económicas de su gobierno, argumentando que había logrado un crecimiento que muchos consideraban imposible, e incluso acusando a la oposición de desear un mal desempeño para el país.
Matthei respondió con una crítica contundente a la gestión económica del gobierno, señalando que el actual período presidencial se encamina hacia “el peor crecimiento desde los años 90”. La candidata presidencial advirtió sobre el crecimiento de la deuda pública, calificando el gasto gubernamental como “irresponsable” y sugiriendo que el próximo gobierno recibirá una “pesada mochila” fiscal producto de la actual administración.
El Banco Central respaldó parcialmente la versión oficial al informar que la actividad económica mostró su mejor desempeño desde enero de 2022, con proyecciones de crecimiento superiores a las inicialmente esperadas. Sin embargo, Matthei insistió en que Chile necesita “duplicar su crecimiento para generar mejores oportunidades”, enfatizando la importancia de atraer más y mejores inversiones en lugar de celebrar resultados parciales.
El intercambio refleja la profunda división política respecto a la evaluación económica del país. Mientras Boric destaca avances en reducción del desempleo e incremento de la actividad económica, Matthei presenta una visión más crítica, argumentando que los indicadores generales muestran un estancamiento que requiere una transformación más profunda en las políticas económicas. El debate no solo evidencia las diferencias programáticas, sino que anticipa lo que será una intensa discusión económica de cara a las próximas elecciones presidenciales.

