El Caribe se estremeció la noche de este sábado ante un potente terremoto de magnitud 7.6 en la escala de Richter, cuyo epicentro se localizó a 202 kilómetros al suroeste de Georgetown, en las Islas Caimán. El movimiento telúrico, de considerable intensidad, desató una inmediata alerta de tsunami para diversos países de Centroamérica y el Caribe, poniendo en máxima alerta a las autoridades regionales.
Según confirmó el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), el sismo se sintió en un amplio radio que abarcó múltiples naciones, incluyendo las Islas Caimán, Honduras, Cuba, Belice, Costa Rica, República Dominicana, Haití, Panamá, Bahamas y Aruba. La magnitud del evento sísmico provocó la activación inmediata de protocolos de emergencia en varios países, mientras las autoridades locales proceden a evaluar posibles daños en infraestructuras.
El Centro de Alertas de Tsunami de Estados Unidos, en una actualización posterior al evento, mantiene la alerta de tsunami específicamente para Cuba, Honduras, las Islas Caimán, Puerto Rico y las Islas Vírgenes, excluyendo a varios países que inicialmente habían sido incluidos en la advertencia, como Colombia, Belice y naciones de la zona del Golfo de México. Las estimaciones iniciales que sugerían olas de hasta tres metros de altura han sido revisadas a la baja en actualizaciones posteriores.
Las autoridades mantienen una estricta vigilancia sobre la evolución de la situación, monitoreando constantemente la posibilidad de réplicas y la amenaza de tsunami. Los organismos de emergencia de los países afectados permanecen en alerta máxima, mientras continúan evaluando los potenciales riesgos y coordinando las medidas de respuesta necesarias para garantizar la seguridad de las poblaciones costeras.