La reciente designación de Manuel José Ossandón como presidente del Senado ha generado una serie de efectos en la política nacional, especialmente dentro del sector de la derecha. Su elección ha dejado en evidencia tensiones internas y una falta de liderazgo unificado, justo en un momento clave para el sector.
Uno de los principales impactos de esta votación ha sido la debilitada capacidad de Evelyn Matthei para consolidar su liderazgo en la centroderecha. A pesar de su estatus como la principal carta presidencial de Chile Vamos, no logró alinear apoyos en favor de Felipe Kast, el abanderado de Evópoli que contaba con su respaldo. Este revés demuestra las dificultades de Matthei para cohesionar su base y proyectarse como la líder indiscutida de su sector.
Otro punto relevante es la llegada de Ricardo Lagos Weber a la vicepresidencia del Senado, un senador vinculado estrechamente a Carolina Tohá, quien se perfila como candidata de la izquierda. Este movimiento genera un escenario favorable para Tohá, ya que Lagos Weber podría facilitar la proyección de su candidatura y darle mayor influencia en la agenda legislativa.
Finalmente, esta división no solo afecta la contienda presidencial, sino también la capacidad de la oposición para articular una estrategia legislativa efectiva. Sin una conducción clara y acuerdos internos sólidos, la influencia de la derecha en el Congreso podría verse reducida, otorgándole mayor margen de maniobra a la izquierda en la toma de decisiones clave para el país.