La derecha chilena dio un importante paso hacia la unidad este lunes al anunciar un preacuerdo para competir conjuntamente en las elecciones parlamentarias de noviembre. Los partidos Republicano, Social Cristiano y Nacional Libertario formalizaron su intención de conformar un pacto parlamentario común, a pesar de no haber logrado concordar una primaria presidencial.
En una declaración conjunta, las colectividades opositoras señalaron que “este acuerdo representa más que una coordinación electoral: es una señal política de unidad con sentido de propósito”. El pacto contempla establecer una instancia de coordinación ejecutiva para definir colaborativamente las candidaturas al Congreso Nacional, apuntando a conseguir una mayoría parlamentaria que sea “el eje estructural de un futuro gobierno con carácter, convicciones y soluciones reales”.
Las tres tiendas políticas enfatizaron que “Chile necesita una nueva derecha, unida, con ideas claras y sin complejos, que represente fielmente a la mayoría ciudadana que exige orden, seguridad, libertad y progreso”.
La diputada del PSC, Sara Concha, aseguró que buscan “avanzar en la lista parlamentaria que pueda dar una señal de gobernabilidad”, iniciativa que esperan concretar en el Servicio Electoral. Por su parte, el líder republicano Arturo Squella calificó el acuerdo como “una muy buena noticia para todos los chilenos que esperan que haya un cambio sustantivo en Chile”.
El diputado del PNL y exmilitante de la UDI, Cristián Labbé valoró el preacuerdo para las parlamentarias e indicó que lo que el país espera de ellos es “que seamos capaces de poner los intereses de todos los chilenos por delante. Esos intereses que la centroderecha y la izquierda abandonaron hace mucho tiempo”.
José Antonio Kast, candidato presidencial republicano, aprovechó el evento para criticar tanto al oficialismo como a Chile Vamos. Del gobierno actual y sus candidatos señaló que están “recibiendo instrucciones de Michelle Bachelet, quien infringió gran daño a nuestra patria”. Sobre Chile Vamos, afirmó que “en dos oportunidades tuvo la posibilidad de que Chile avanzara hacia el desarrollo y no fue posible” por falta de carácter y voluntad para aceptar el desafío planteado por la ciudadanía.