La crisis de seguridad que golpea al Gran Concepción ya no admite más diagnósticos ni declaraciones de buenas intenciones. Ante la escalada de homicidios, balaceras y delitos ligados al crimen organizado, los alcaldes de Concepción y San Pedro de la Paz, junto a parlamentarios de oposición, han elevado el tono exigiendo una respuesta concreta por parte del Ministerio de Seguridad.
Pese al anuncio de la visita de la subsecretaria Carolina Leitao, se mantiene la presión para que el propio ministro Luis Cordero se haga presente en la región del Biobío. Desde la oposición, el diputado del Partido Social Cristiano, Roberto Arroyo, fue claro: “Esperamos que el ministro traiga medidas concretas, porque si solo viene a conversar o almorzar, lo invito cordialmente, pero que no olvide que acá la gente está muriendo por la inacción del Estado”.
La crítica se sustenta en una realidad palpable: mientras en Santiago se habla de instalar seremías y procesos “en etapas”, en las comunas del sur los vecinos viven con temor creciente ante el avance del narcotráfico y la impunidad.
El alcalde de San Pedro de la Paz, Juan Pablo Spoerer, respaldó la necesidad de un enfoque metropolitano para enfrentar el crimen, proponiendo una metodología que involucre tanto a su comuna como a Concepción. Por su parte, el alcalde penquista, Héctor Muñoz, advirtió que la visita de la subsecretaria es valorada, pero insuficiente: “Insistimos en la presencia del ministro, porque esto requiere decisiones políticas de alto nivel y no meras visitas protocolares”.
Desde el oficialismo, el senador Gastón Saavedra (PS) defendió la gestión del ministerio, pidiendo paciencia y señalando que la instalación de la nueva institucionalidad aún está en marcha. Sin embargo, la ciudadanía y los ediles esperan acción, no burocracia.
Lo que está en juego no es una agenda partidista, sino la vida de los habitantes del Biobío, quienes exigen que el Gobierno abandone la tibieza y enfrente con decisión a las bandas criminales que están tomando el control de los barrios. La presencia del ministro Cordero sería una señal de que La Moneda entiende la urgencia. De lo contrario, seguirá creciendo la percepción de un Estado ausente y un Ejecutivo paralizado ante la violencia.

