En una extensa jornada de más de 10 horas, el Senado aprobó la reforma de pensiones del gobierno de Gabriel Boric con 40 votos a favor y 7 en contra, en medio de serias advertencias de parlamentarios y expertos sobre los potenciales riesgos que la iniciativa podría representar para la propiedad privada de los fondos y la estabilidad económica del país. El proyecto, que ahora pasa a la Cámara de Diputados, establece un nuevo Sistema Mixto de Pensiones que modifica sustancialmente el modelo actual.
Entre los cambios más significativos que genera preocupación en diversos sectores, se encuentra el aumento de la cotización al 16%, con un 7% adicional que deberá ser asumido por los empleadores, medida que según advirtió el propio Ministro de Hacienda, Mario Marcel, podría resultar en la pérdida de más de cien mil empleos. Esta situación ha generado inquietud en el sector empresarial y en parlamentarios que defienden el desarrollo económico del país.
El senador, Rojo Edwards (PSC), fue enfático al señalar los riesgos de la reforma: “Este acuerdo no cierra el tema previsional. Yo creo que al revés, lo abre de par en par”, advirtiendo que la iniciativa “relativiza la propiedad de los ahorros previsionales, el Estado se agiganta, y nos endeudamos a niveles altísimos”. Edwards comparó el potencial impacto negativo de esta reforma con los efectos de la reforma tributaria del gobierno de Bachelet, que según él, “trajo miseria para millones de chilenos”.
La senadora, María José Gatica (RN), reforzó estas preocupaciones al manifestar que “esta reforma, que busca aumentar y administrar los recursos públicos a través del bolsillo de los trabajadores chilenos, no me convence”, sugiriendo que el gobierno debería enfocarse en “achicar el Estado y aumentar la ayuda hacia las pymes e industrias para que generen crecimiento”.
A pesar de las críticas fundamentadas desde sectores que defienden la libertad económica, el proyecto recibió el respaldo de parte de Chile Vamos, en una decisión que ha generado debate interno en el sector. El senador, Iván Moreira (UDI), defendió su apoyo argumentando que “el peor camino es no hacer nada en pensiones”, aunque reconoció que “es difícil lograr un acuerdo perfecto”.
Cabe destacar que el senador independiente, Alejandro Kusanovic, votó en contra, expresando su preocupación por la sustentabilidad fiscal: “Este proyecto es una mala reforma y no estoy dispuesto a ser cómplice de ella, que sacrifica la propiedad de los ahorros de los trabajadores, perpetúa las desigualdades y pone en riesgo la sustentabilidad fiscal del país”.
La reforma, que ahora deberá ser revisada por la Cámara de Diputados, ha encontrado resistencia en varios parlamentarios de oposición que ya han anticipado que no apoyarán las modificaciones que provienen del Senado, anticipando un complejo debate en su próxima etapa legislativa. En caso de existir discrepancias entre ambas cámaras, será necesaria la conformación de una comisión mixta para resolver los puntos de conflicto, lo que podría extender aún más la tramitación de esta controversial reforma.